domingo, octubre 08, 2006

¿Culpa de El Niño? Por supuesto que NO.

Según una noticia que recorrió el mundo el pasado viernes 6 de octubre, el 23 de Septiembre murieron seis caimanes en la Estación de Biología que tiene la Universidad Nacional de Colombia en Villavicencio (Departamento del Meta), como consecuencia del aumento de temperatura que ha traído consigo el fenómeno de El Niño.

"Las elevadas temperaturas, que superaron hasta en siete grados el promedio local, les produjeron un shock calórico a los reptiles”, afirmó a los noticieros la doctora María Cristina Ardila, directora científica de esa estación.

Esa científica explicó también que "se hubiera podido hacer algo para salvarlos si se contara con médicos veterinarios especialistas en fauna silvestre y en reptiles que no existen en Colombia. Para salvarlos, cada caimán habría necesitado al menos 32 litros de suero aplicado por vía intravenosa durante tres días"

Y continúa la noticia:

“La temperatura promedio de Villavicencio es de 26 grados centígrados pero en los últimos días ha llegado a los 33 grados, consecuencia -según los expertos- del regreso de 'El Niño'. La humedad bajó sustancialmente: de 95% pasó al 79% en esa población.”

"Cuando abrimos las llaves (grifos) y empezamos a llenar los estanques (de agua) nos dimos cuenta de que los animales estaban muertos porque parecían adheridos al piso. Todos los otros se movían hacia el agua, estos no", contó Willington Martínez, asistente de la Estación de Biología.”

“El experto señaló que los cambios climáticos como los causados por 'El Niño' son mortales no solo para los caimanes que habitan allí, sino para los más de 100 reptiles que hay, contando también a las tortugas".

Me pregunto yo:

¿Será que los reptiles que todavía permanecen en un medio natural con un aceptable grado de conservación, resultarán igualmente afectados –hasta el punto de morirse- por los cambios de temperatura consecuencia del fenómeno de El Niño?


¿No será que los ecosistemas sanos y los animales y plantas que forman parte de ellos, poseen mecanismos de autorregulación que les otorgan resistencia y resiliencia (capacidad de recuperarse) frente a ese tipo de fenómenos?

Si los reptiles y otras especies de la fanuna silvestre no dependen de que los humanos les llenen estanques ni les apliquen suero intravenoso, sino que pueden , por sus propios medios, protegerse en pantanos y charcos, a la sombra de la vegetación, seguramente ni se enteran de la existencia de El Niño.

Nuevamente le estamos echando la culpa a este fenómeno, de daños de los cuales nuestras intervenciones sobre los ecosistemas, son las verdaderas culpables.

Una lección para aprender

Lo que les acaba de suceder a estos bichos, es una lección de la cual debemos aprender. Constituye una muestra de lo que nos puede pasar a los seres humanos si destruimos los mecanismos de autorregulación y adaptación con que cuenta la biosfera (de la cual nuestra especie forma parte), para resistir sin traumatismos graves las consecuencias del calentamiento global. Con El Niño o sin El Niño, ese proceso ya es una irreversible realidad.

1 Comments:

Blogger Carlos Daniel Abasto said...

Excelente artículo (o post, como lo llaman los bloggers).
Te felicito por la iniciativa de dar a conocer este tipo de temáticas. Sigue publicando!
Te invito a visitar mi blog y a dejar tu comentario:
http://carlosdanielabasto.blogspot.com
Gracias y saludos desde Buenos Aires, Argentina!!!

7:57 a.m.  

Publicar un comentario

<< Home