sábado, diciembre 17, 2011

Nuevas fotos del hundimiento de la 11 con 98

 Ojalá este lindo parque no resulte irremediablemente afectado
 La carrera 11 hundida a raíz de los procesos descritos en entradas anteriores
El vértigo de la velocidad: hay experiencias extremas que no se recomiendan a los adultos sin la compañía de un niño responsable

¿Germen de otro derrumbe en la vía a La Calera?

Lugar: Aproximadamente en el primer kilómetro de la vía de Bogotá a La Calera. Hasta hace relativamente poco tiempo, ese lote situado entre dos altos edificios estuvo cubierto de árboles y de otra vegetación (como está todavía el terreno entre los dos edificios de mano derecha). Seguramente porque pensaban construir, o simplemente para limpiar el terreno de maleza, talaron los árboles y dejaron el suelo descubierto.  
El suelo sin vegetación quedó expuesto de manera directa al golpe de los fuertes aguaceros que están cayendo en estos meses sobre Bogotá. Como consecuencia, ya comenzó a deslizarse, como se ve más claramente en la foto de abajo. En el borde inferior del bosque de arriba también se notan señales de movimiento del suelo. De llegarse a rodar el terreno, se podría desestabilizar toda la ladera, con riesgo para la carretera a La Calera e  inclusive para los edificios vecinos.

ATENCIÓN: con mucho menos comenzó el gran derrumbe que hoy tiene bloqueado un sector muy importante de la avenida Circunvalar. Ver "¿Qué quiere advertirnos esa loma?", entrada de Abril 2010, con los primeros capítulos de ese derrumbe (2006-Abril 2010)


Cómo se gestó una avalancha en Pamplona, Norte de Santander



viernes, diciembre 16, 2011

¿TALAR PARA FRENAR EL DERRUMBE?

La foto de arriba fue tomada el pasado 6 de diciembre. En la entrada del 8, en este blog, advertí sobre el peligro de que en ese sitio se produjera otro derrumbe. Hoy, 8 días después, encuentro que la medida que alguien tomó (¿quién?) fue la de talar los árboles de la parte alta, como lo han hecho en las primeras "etapas" de este deslizamiento galopante. (Fotos de abajo) El corte indiscriminado de árboles no ha detenido, sino que ha acelerado el proceso de degradación de la ladera.



Primeros pasos hacia un SISTEMA DE ALERTA TEMPRANA para comunidades vecinas a deslizamientos activos


Se suele pensar, con algo de razón, que por distintos factores de carácter socio-económico y político, el coeficiente de rozamiento de los ricos es mayor que el de los pobres. Es decir, que los primeros tienen menos posibilidades de deslizarse que los segundos. De hecho, suele haber muchos más pérdidas humanas, físicas y por deslizamientos en los sectores populares que habitan sobre, en o bajo las laderas, que entre los sectores socioeconómicos más altos que ocupan topografías simulares. Sin embargo los trágicos sucesos ocurridos en años recientes en Colombia –por ejemplo en El Poblado, en Medellín en 2008 - y en otros lugares del país (como el barrio Cervantes en Manizales), demuestran que no es requisito ser demasiado pobre para ser vulnerable a los derrumbes o “movimientos de masa”.

Cierto es que mientras más bajo sea el estrato socio-económico de una comunidad, mayores son muchos de los factores generadores de vulnerabilidad. Pero como lo demuestra el deslizamiento continuado, que desde 2006 se venía gestando en un sector de estrato alto de Bogotá, que reventó a finales del año pasado y que todavía no ha podido ser controlado, también la riqueza económica es generadora de muchas vulnerabilidades.

También es cierto que desde el punto de vista del llamado tejido social, de las relaciones de pertenencia al territorio, de organización comunitaria, de solidaridad y de reciprocidad, las comunidades de los sectores más bajos suelen ser mucho más fuertes que las de clase media hacia arriba. A medida que se sube de estrato, se va debilitando el tejido social, aumenta el desconocimiento y la desconfianza entre vecinos y casi que desaparece el conocimiento directo –consciente o inconsciente- de las dinámicas naturales que caracterizan el suelo sobre el cual se habita.


 Foto Nov 11, 2010
Las siguientes recomendaciones son un resumen de algunas sugerencias que he tenido oportunidad de compartir con habitantes del barrio Chicó Oriental (foto de abajo en cada pareja) expuestos al deslizamiento de la Circunvalar con 94, y con la comunidad del barrio Cerro Norte, que habita sobre una cantera abandonada en la localidad de Usaquén, ambos en Bogotá (foto de arriba en cada pareja). Entiendo que en ambos casos las han utilizado.
Con los ajustes necesarios dependiendo del estrato socio-económico, esas recomendaciones pueden ser útiles para otras comunidades urbanas vecinas a procesos de remoción de masa. Es decir, a deslizamientos o derrumbes. E incluso también para comunidades rurales, varias de las cuales en este mismo instante, están siendo afectadas, con consecuencias trágicas, por ese tipo de fenómenos, agudizados por la temporada de lluvias.
Primero: es muy importante mantener contacto permanente y activo con las instituciones pertenecientes al comité local (o regional) de emergencias (CLOPAD / CREPAD) de cada localidad, o con el FOPAE en Bogotá. La comunidad tiene derecho a que las autoridades le suministren información oportuna, actualizada y comprensible, que le permita conocer en cada momento el estado de la ladera con la cual se convive y cuál es el grado de riesgo que se deriva de vivir, trabajar o estudiar en el lugar. En caso necesario, la comunidad debe acudir al derecho de petición o al derecho de tutela. La gestión del riesgo y la adaptación al cambio climático son herramientas a través de las cuales el Estado debe cumplir con su obligación constitucional de proteger el Derecho a la Vida de los habitantes del territorio colombiano y todos sus demás derechos fundamentales.
Segundo: si las autoridades y demás instituciones reunidas en el correspondiente comité no han convocado a la comunidad, esta debe exigir por todos los medios que el Estado cumpla esa obligación, pero no puede esperar a que eso ocurra para responder a un desastre que no se haya podido evitar.
Tercero: un paso muy importante es que entre vecinos acuerden un SISTEMA DE ALERTA TEMPRANA, que les permita tener permanentemente vigilado el derrumbe e identificar previamente las que pueden ser señales de que se puede activar. De ser posible, es muy importante que existan unos reflectores (autónomos desde el punto de vista eléctrico) para que se pueda monitorear el estado del derrumbe a cualquier hora de la noche. Si, como ocurre en la Circunvalar, existe obras en curso, la Alcaldía y los contratistas pueden ponerse de acuerdo para garantizar a toda hora ese servicio de monitoréo. Si no, en la medida de sus posibilidades, los vecinos mismos deben dotarse de linternas.

Cuarto: preferiblemente con el apoyo técnico de las autoridades (pero mientras tanto con el conocimiento y la experiencia que se tenga del comportamiento de la ladera), se deben establecer SEÑALES INDICADORAS de que se puede activar o reactivar el deslizamiento. El ideal, claro está, es que las autoridades monten un sistema técnico y permanente de monitoreo, que esté informándole directa y oportunamente al comité de emergencias y a la comunidad lo que está ocurriendo y pueda ocurrir.
Ejemplo de esas señales indicadoras en que se basa la alerta temprana son:
- Que llueva fuertemente durante más de 15 minutos seguidos, o que haya una lluvia leve pero prolongada.
- Que se incremente el flujo de lodo en cualquier parte de la montaña. Hay que seleccionar algunos sectores del deslizamiento o de los flujos actuales y mantenerlos “vigilados”.
- Que se desprenda algún montículo o alguna roca que la comunidad tenga previamente identificada.
- Que sientan algún ruido nuevo en la loma o sus cercanías.
- Debe haber una o más personas encargadas de ese monitoreo. Para eso son importantes los reflectores o linternas a que se hacía referencia atrás.
- Se deben establecer turnos para vigilancia, que si bien son aburridores, pueden volverse también motivo de “fiesta” si se organizan por grupos.
- Si existen personas encargadas de la vigilancia de obras o de maquinarias que haya en el lugar, o en general de la vigilancia del barrio, es MUY IMPORTANTE ponerse de acuerdo con esas personas y con los porteros y celadores de los edificios para coordinar el monitoréo de la montaña.

Quinto: la comunidad debe acordar muy rápidamente un PLAN DE ACCIÓN que después irán perfeccionando y que establezca. A continuación, a manera de ejemplo, algunas sugerencias para los habitantes de un edificio residencial:
1.Si se da una o más de las señales previamente identificadas, ¿qué hacemos? Respuesta: Evacuar inmediatamente.
2, ¿Cómo nos comunicamos esas señales? El celular es válido pero DEBEN TENERSE OTROS SISTEMAS A MANO (pitos, un megáfono y persona que lo sepa operar, baterías)
3.¿Qué tenemos que tener listo desde ahora para el caso de que tengamos que evacuar preventivamente? (Documentos, muda de ropa, llaves de la casa y del carro, bienes de valor especial, MEDICINAS INDISPENSABLES para personas que estén en algún tratamiento, etc)
4.¿Para dónde nos vamos? Tienen que tener parientes o amigos conversados previamente… a lo mejor algunos los invitan para que se pasen para sus casas desde ahora.
5.¿Qué ruta toman para el caso de que una evacuación sea necesaria?
6.¿Cómo controlan la salida de muchos vehículos al tiempo, todos manejados por personas que por la situación van con miedo o afanadas? ¿Es necesario que salgan todos los carros o pueden ponerse de acuerdo en compartir carros? ¿Quedan con suficiente gasolina por la noche? ¿Tienen las llaves a mano?

7. Cómo se garantiza la seguridad del edificio, de la casa y en general del barrio cuando evacuemos? ¿Cómo se garantiza la seguridad de las personas que queden a cargo del edificio’?) Para dónde se puede ir el Portero y desde dónde y cómo puede vigilar el edificio. ¿Quién se encarga de llamar a la Policía para que ASEGURE LA ZONA (es decir, que evite el ingreso al sector de personas que pueden intentar saquear el edificio). Eso vale la pena convenirlo DESDE YA con el 123, exponiéndoles la situación.
8.Compartan teléfonos y direcciones de las casas a donde van o de los celulares de todos ustedes y de las personas a dónde irían en caso de evacuación.
Lo anterior no reemplaza ni la asesoría que las autoridades le deben brindar a la comunidad, ni la importancia de realizar planes participativos de gestión del riesgo y de emergencia en caso de desastre. Son apenas recomendaciones sobre cómo comenzar, en especial si en el vecindario existe en este momento un deslizamiento alborotado. Les sugerimos reunirse con vecinos y vecinas, analizar estas sugerencias, definir cuáles resultan aplicables a su caso, adecuarlas a sus circunstancias y enriquecerlas con su experiencia y conocimiento de la comunidad y del lugar. Cuéntenme por favor si les resultan de interés y utilidad: wilcheschaux@gmail.com

Más sobre sistemas de alerta temprana para una comunidad rural

En esta entrada del blog no tocamos el tema de los reasentamientos definitivos que son necesarios en casos extremos, pero no desconocemos la importancia del tema. Tampoco el tema de los kits de emergencia y otros que pueden estudiarse, por ejemplo, en la página del FOPAE.

jueves, diciembre 15, 2011

Explicación científica a los "hoyos chupadores"... o más bien: "chupados"

Jorge A. Prieto, científico nacido en Popayán, ex director del Observatorio Sismológico de la Universidad Javeriana y actualmente investigador del Servicio Geológico del Canadá, ha tenido la gentileza de enviarme una explicación sobre porqué se pueden producir hundimientos en las vecindades de grandes excavaciones. Por supuesto no está dando un dictamen sobre lo que sucedió en el caso específico de la carrera 11 con calle 98, sino ayudándome a entender de manera general el comportamiento del suelo ante determinadas intervenciones humanas.

Me explica Jorge: Cuando se hace una excavación para un nuevo edificio, automáticamente se presentan dos efectos: 1. Perdida del confinamiento original del suelo, lo cual puede causar asentamientos incluso en condiciones “secas” si la excavación no se refuerza adecuadamente con muros anclajes, etc. 2. La presión del agua de los alrededores automáticamente baja (sobre todo si esto ocurre en época de lluvias). Yo entiendo: Si la presión de los alrededores baja, entonces chupa lo que tiene en sus cercanías.

Sigue Jorge: La excavación hace que la fuerza neta, o peso neto del suelo, se incremente, y por tanto el suelo vecino se asienta. En una piscina uno flota, pero a medida que se le va sacando el agua a la piscina, uno se va volviendo “más pesado”.

"Al suelo no le gusta que le toquen el suelo de al lado". Si hay que tocarlo, debe hacerse con una inversión de energía y de capital suficiente para que el efecto sentido por el suelo sea mínimo. La energía que debe usarse para que el suelo "no sienta nada" es un poco mayor que la energía que se le pretende quitar al suelo en la excavación. Yo entiendo: el suelo exige reciprocidad. Lo que se le pide, hay que compensárselo. Esto lo saben muy bien las culturas originarias andinas y cuando son coherentes lo aplican en todas y cada una de sus relaciones con la naturaleza.

Y termina: Si al realizar la excavación, adicionalmente se bombea agua para mantenerla seca, la disminución de la presión del agua en el suelo vecino es todavía más alta y el asentamiento en los vecinos por tanto es mayor.

EL HOYO CHUPADOR en el sector de la carrera 11 con calle 98 en Bogotá

El edificio en construcción, en cuyo borde sur se produjo el hundimiento que desde ayer genera preocupación en Bogotá.
Vía cerrada por ese sector de la carrera 11, una de las principales de la ciudad. Tenemos que acostumbrarnos a ver cambios del paisaje a los cuales se creía inmune esta parte de Bogotá.
En estas fotos se observa la magnitud del hundimiento. ¿Para dónde se fue el material que existía en donde hoy hay un hueco? ¿Qué está pasando en el sótano y debajo del edificio, y en general debajo del parque y del sector? Esperamos conocer lo que nos expliquen los técnicos.
Ojo a la diferencia de altura entre las bancas, que hasta ayer estaban al mismo nivel.


La fachada del edificio sobre la carrera 12. Por ese lado todo parece normal.
Pequeños "hundimientos" en el mismo sector. Relacionados o no con el "hueco chupador", indican la existencia de "acomodos" del suelo. Recordemos que toda la zona sobre la cual se levantan las 40 mil hectáreas que hoy ocupa Bogotá, algunas vez pertenecieron al agua.

Receso obligado

Recordemos el enorme hueco que se abrió en la Calle 72 en 1994. En esa oportunidad se perdieron vidas humanas. Foto CROMOS vía Skycrapercity.com
Noticia de El Tiempo de Agosto 1994

Mientras subo estas fotos al blog, cae una tempestad sobre el norte de Bogotá. Los aguaceros se habían tomado el puente de las velitas, pero volvieron a trabajar con todo su vigor. (Acaba de llegar: inundación en Unicentro)

jueves, diciembre 08, 2011

LO QUE VA DEL DERRUMBE Capítulo 12


Ojalá los seres humanos tuviéramos la resiliencia del Diente de León
Una de las cosas que más me llaman la atención de este proceso de movimiento de masa, es la manera como en este momento el paisaje cambia día tras día, hora tras hora, de manera muy radical (antes cambiaba pero año a año y luego mes a mes).

Estas dos primeras fotos, tomadas el 20 de Noviembre pasado, muestran la avenida Circunvalar en dirección sur-norte, a la salida del 'túnel', antes de llegar a la Diagonal 94. En esa momento la subida por la 94 ya llevaba varios días interrumpida.

Las dos fotos de abajo muestran el mismo tramo a partir de la prolongación del derrumbe tras las lluvias del 5 de Diciembre (ver capítulo anterior de esta serie). Resultó providencial (¿o sería un milagro de Nuestra Señora del Derrumbe?) que cuando se vino abajo esta porción de la ladera (alrededor de las 10:30 pm) no hubiera habido ni carros, ni motos por esta parte de la Circunvalar, que normalmente está atiborrado de vehículos.
Miren, por ejemplo, de un día para otro como cambia el tapón
Las fotos siguientes corresponden al tramo de la Circunvalar que, de norte a sur, arranca a la altura de la carrera 7a con calle 92. A raíz de las obras de emergencia que se llevan a cabo desde el 6 de Diciembre, en este momento ese tramo se encuentra cerrado. Cuando cesen esas obras se podrá reabrir, pero es necesario mantener en todo momento la alerta porque puede ocurrir un nuevo deslizamiento cuyos efectos lleguen hasta este segmento de la avenida Circunvalar.




Hasta el 5 de Diciembre la porción desnuda de ladera estaba cubierta por una "pantalla" de concreto. El agua se fue infiltrando poco a poco por detrás, hasta que la reventó. Cuando el agua reclama sus derechos, no hay pantalla que la ataje.
De alguna manera este derrumbe creciente, que afortunadamente no ha producido pérdidas de vidas, resume un problema grave propio de la manera como se suele intervenir frente a las dinámicas de la naturaleza aquí y en el resto del país: se aplican 'soluciones' puntuales, grandes y costosas obras de infraestructura, pero sin abordar la ladera de manera integral, como al ser vivo que es. Los deslizamientos revelan la existencia de filtraciones de agua bajo la corteza exterior de la ladera, que crean una 'capa deslizante' sobre la cual se mueve toda la montaña. Las obras de infraestructura son absolutamente necesarias, pero deben servir para 'concertar con el agua' una solución que facilite su flujo sin que genere estas amenazas, que ya tienen connotaciones de desastre. Seguramente el agua se suma a otros factores de inestabilidad de la ladera, el escarpe de una montaña que debe sostener la inmensa carga de la urbanización.




La mirla de páramo, huésped habitual de mis blogs, me acompañó esta mañana a tomar estas fotos.

Este beduino bogotano inspecciona la situación (¿O vendrá de buscar a la mujer con burka?

Claro: como todos están de anaranjado, no se meten con esta ingeniera vestida de azul

Colega fotógrafo

Este aviso se encuentra en el sitio desde años atrás, desde antes de que hubiera "hombres trabajando", como una premonición.


Cuadrilla pluriétnica y multicultural
PELIGRO

En varias partes de la ladera se notan signos que alertan sobre la probabilidad de nuevos deslizamientos. Con muchos menos comenzó a gestarse el gran derrumbe en 2006 (ver los primeros capítulos de esta serie).

Ojo con este hueco (fotos de abajo), que no es la primera vez que se abre y que anuncia a gritos que bajo esta vía- el único acceso que queda para subir a las carreras 4a y 3a en esa parte de la ciudad- existe un proceso que está horadando el suelo y que podría causar el hundimiento de la calzada. El efecto menos grave sería el aislamiento total del sector.

El hueco se abrió por primera vez en Diciembre 2008, hace tres años.
Allí fotografié la MUJER CON BURKA

LA PARTIDA DE LA "U"

Desde hace meses, la incomprensible prohibición de hacer la "U" para virar de sur a norte en la carrera 7a con calle 92, obliga a quienes necesitan acceder al sector situado al oriente de la Circunvalar, a meterse a la zona de riesgo por deslizamiento (y hasta hace poco, a dos deslizamientos distintos, el otro en la calle 88). Esta mañana tuve oportunidad de comentarle personalmente al Secretario de Movilidad del Distrito, esa preocupación, y pude proponerle algunas alternativas para garantizarle seguridad a los peatones. que necesitan (que necesitamos) atravesar la carrera 7a en ese lugar. La existencia de 8 -sí: ocho- semáforos, no todos coordinados entre sí, nos obliga a los peatones a pasar por lo menos en 4 etapas del costado oriental al costado occidental (y viceversa) de la carrera 7a. Ese problema grave para los peatones no se soluciona prohibiendo la "U".

Nota: el anterior Secretario de Movilidad, antes de dejar el cargo, atendió esta solicitud y ordenó retirar la prohibición de hacer la "U" en ese lugar.