Vamos a sanar CON los humedales
Qué es este documento
Durante los meses de Enero a Junio de 2021 tuve oportunidad de formar parte del equipo de la Misión de Humedales que constituyó la Secretaría Distrital de Ambiente de Bogotá. El material que sigue es una selección de apartes del documento titulado "Vamos a sanar CON los humedales", el cual fue uno de los productos de mi participación en el equipo de trabajo que adelantó ese proceso.
Objetivo:
Convocar y
vincular efectivamente a instituciones distritales, regionales y nacionales, a
comunidades y a otros actores (sector privado, cooperación internacional,
organismos de control, etc.) a un proceso participativo para la construcción
de una visión compartida del territorio distrital en el marco de la Región,
en la cual se reconozca la función estratégica que cumple el sistema
hidrológico de ese territorio, cuyo eje y motor es el ciclo del agua.
En este momento propongo como “Región” a la que conforman los territorios cuyas autoridades suscribieron el “Pacto de Sumapaz” el 29 de Febrero de 2020, pero por supuesto se pueden discutir otras alternativas dado que en este momento está también sobre la mesa, por ejemplo, la figura de la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca. Eventualmente esta estrategia también podría resultar útil para esa discusión.
Justificación:
La complejidad de
la crisis actual exige diseñar y poner en práctica estrategias que, como se
explica más adelante, logren generar efectos sinérgicos sobre las distintas
dimensiones, de por sí muy compleja cada una, que interactúan dando lugar a
esta situación sin precedentes para la humanidad y que se repite en el planeta
de manera fractal. En este caso, como es obvio, se propone para el nivel
distrital.
A partir de la
convicción -hoy más fuerte que nunca- que desde hace varias décadas me orienta,
de que los humanos solos no podemos: necesitamos aliarnos con los demás
seres vivos del planeta, elaboro esta propuesta que nos permite a los
distintos actores y sectores que formamos parte de territorio distrital, aliarnos
con los humedales de manera que, con el enfoque propuesto, al tiempo que
contribuimos a su sanación integral, los humanos que intervengamos en
este proceso, podamos avanzar hacia nuestra propia sanación. De allí que la
conjunción CON se escriba con mayúsculas en el nombre que se propone
para la estrategia.
Las piezas
con las cuales se puede articular este sistema-proceso ya se encuentran en el
territorio: personas con conocimientos científicos y técnicos, experiencia,
compromiso y voluntad; institucionalidad; normatividad (comenzando por la
Constitución Política); organizaciones sociales en el más amplio sentido de la
palabra; comunidad educativa (desde preescolares hasta instituciones de
educación superior); institutos de investigación del más alto nivel; sectores
económicos que tienen el desafío de comprender que una Estructura Ecológica
Principal socio-ecosistémicamente sana constituye EL FACTOR que le otorga
viabilidad a su objeto empresarial, y otras muchas ventajas comparativas que
ofrece el territorio, pero que de una u otra manera están amenazadas y que de
no reconocerse, fortalecer y aprovechar, se pueden perder.
El objetivo de
esta propuesta, que entiendo como el principal resultado de mi participación en
la Misión de Humedales, no es inventarse cosas nuevas (lo cual creo que
también es válido para los demás campos que interactúan en la Misión), sino formular propuestas que permitan articular y
aprovechar mejor lo que ya hay.
En este caso, la norma rectora del todo el proceso fue -y deberá seguir siendo- el Acuerdo 790 de Diciembre 23 de 2020, una norma pionera (y en la práctica de carácter estatutario) mediante la cual del Concejo de Bogotá declara la Emergencia Climática.
[Otra norma que está vigente pero cuyas posibilidades no han sido aprovechadas, es el Acuerdo 806 de 2021 "mediante el cual se establece la Bacatá Hidrópolis". Allí está: hay que desarrollarlo]
Como ya se ha
reconocido de manera expresa en la Misión, el hecho de que los humedales urbanos
y rurales de Bogotá y la Sabana y de otras regiones del país, todavía existan y
ocupen hoy un lugar prioritario en la agenda de muchos actores y sectores, se
debe en gran medida a esa base social comprometida que existe en el territorio
y que se encuentra en estado permanente de movilización.
La llamada Gobernanza
o Participación Comunitaria en la Gestión Ambiental, se entiende aquí
como la articulación para lograr la simbiosis entre Estado y sociedad civil y
entre actores humanos y no humanos del territorio.
Propongo este
enfoque que describo a continuación, porque el mismo me ha permitido en el
pasado contribuir al diseño de estrategias para transformar situaciones de
crisis muy complejas generadas por el Terremoto de Popayán (del cual
coincidencialmente el día que escribo el primer borrador de este documento -31
de Marzo- se cumplen 38 años) y por el terremoto del Páez (1994), y así mismo
apoyar a actores institucionales y comunitarios en otras situaciones de crisis
o de conflictos, a transformar esas situaciones.
Es importante
enfatizar que no se trata de fórmulas ni de recetas, sino de un enfoque
que cada actor o conjunto de actores sabrán adecuar y aplicar para cada
situación particular de acuerdo con el conocimiento que posean de sí mismos y
de su función en los territorios de que forman parte, y de las dinámicas
propias de cada crisis o de cada conflicto en particular.
El enfoque filosófico/práctico de la estrategia propuesta
“Este Plan también expresa unos
enfoques, unas maneras de ver y entender a Bogotá con sus problemáticas,
intereses y necesidades. Los enfoques son como las gafas para mirar la
realidad, como el visor que permite reconocer realidades diferentes en esta
ciudad compleja en la que conviven muchos mundos en simultáneo.”
Plan de Desarrollo Distrital 2020-2024
Un Nuevo
Contrato Social y Ambiental para la Bogotá del Siglo XXI
Como es bien sabido, desde mi primer informe a la Misión no me limité solamente a la identificación de las barreras que dificultan la Gobernanza basada en la Participación efectiva e informada de las comunidades y de otros actores y sectores relacionados con la gestión de los humedales de Bogotá, sino que comencé a bosquejar estrategias concretas que, a la vez que puedan contribuir a superar esas barreras, también contribuyan, mediante la generación de sinergias, a las transformaciones necesarias para enfrentar los múltiples desafíos que se están y se seguirán generando como consecuencia de esta crisis que no he dudado en calificar como la más compleja que ha debido enfrentar la especie humana durante todo el tiempo que llevamos formando parte de este planeta.
En el informe final de la consultoría a mi cargo incluiré el capítulo que en mi primer informe titulé Análisis del contexto actual y que se resume en la siguiente gráfica:
Cada
humedal es un fractal de la Región Hídrica del río Bogotá
El concepto de Región Hídrica
del Río Bogotá lo propuso el profesor Ernesto Guhl y se desarrolla en el libro
“Nuestra Agua ¿de dónde viene y para dónde va?” (Publicación de la EAAB –
1982).
En el artículo “La RegiónHídrica del río Bogotá: por una cultura anfibia” publicado en Razón Pública en Febrero 2015, analizo este concepto en sus implicaciones prácticas desde el enfoque de la fractalidad: Esta mirada es la aplicación de la lógica fractal a la gestión del territorio y del agua. También es la lógica de la naturaleza: el “todo” se fortalece en la medida en que se fortalece cada una de las partes, y el fortalecimiento del “todo” se refleja en cada uno de sus componentes.
La Región Hídrica de
Bogotá es el resultado de la interacción entre procesos naturales, ligados a la
formación de las cordilleras colombianas, de los valles interandinos, de la
Sabana y de la cuenca del río Bogotá, con otros procesos desencadenados por
decisiones humanas, especialmente aquellas tomadas durante los últimos 50 años,
que se han materializado en la “cuenca construida” que hoy constituye un
componente tangible e importante de la región.
De esa “cuenca
híbrida” (natural + construida) forman parte embalses, tuberías, estaciones de
bombeo, plantas de tratamiento, redes de distribución, canales, redes de
alcantarillado y, en general, toda la infraestructura necesaria para captar
agua, potabilizarla y llevarla a Bogotá y a los municipios de Cundinamarca a los
cuales la Empresa de Acueducto les suministra agua potable.
De los procesos
naturales forman parte también las aguas subterráneas, los intercambios
atmosféricos (portadores de aguas atmosféricas, cuyo flujo constituye otra
riqueza de la región) y, por supuesto, el clima que cada vez se consolida con
más fuerza como un actor que debe ser tenido en cuenta en las decisiones
humanas.
El eje central de la
Región Hídrica es, por supuesto, el río Bogotá. Vale la pena recordar que tanto
la Sabana como el río deben su nombre al territorio muisca gobernado por el
Zipa de Bacatá. Es decir, la ciudad no se apoderó de la Sabana, sino que
primero existió Bogotá-Bacatá y mucho después apareció la ciudad. […]
El Instituto Alexander
von Humboldt (IAVH), conjuntamente con el Ministerio de Ambiente, el Instituto
de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), el Instituto
Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) y el Fondo de Adaptación, elaboraron y
publicaron los “Avances en la identificación de humedales de Colombia”, un
estudio que indica que en cerca de 30 millones de hectáreas del territorio
colombiano “manda el agua”.
Esto equivale a más de
una cuarta parte de nuestro territorio continental, e incluye una porción
importante de la Región Hídrica del río Bogotá. Esa gran parte de Colombia se
deberá reconocer como multiétnica, pluricultural y anfibia, y si de verdad
queremos adaptarnos al cambio climático, el principal desafío es construir una
cultura anfibia para el siglo XXI.
El IAVH publicó en 2015 los dos tomos de la obra “Colombia Anfibia – Un país dehumedales”, en la cual describe de manera detallada y rigurosa las características de nuestro país como territorio del agua.
Un enfoque alternativo para la concertación y la gestión
Para efectos de estas recomendaciones, me baso en el marco filosófico y en la manera como se llevan a la práctica las llamadas “Medicinas alternativas” (acupuntura, terapia neural, homeopatía y otras).
[Nota: el Enfoque de Acupuntura que aquí se propone fue adoptado para toda la "Caja de Herramientas" surgidas de la Misión de Humedales]
Dejemos que sea el médico Julio César Payán de la Roche (1942-2020), uno de los pioneros y maestros de la Terapia Neural en Colombia, quien explique en qué consisten las esas “Aproximaciones al concepto de salud desde una visión alternativa”.
Él lo hace para el campo de la salud; yo, que fui discípulo, amigo y usuario de Payán, lo he aplicado cuando he tenido la responsabilidad de enfrentar desafíos en el campo de la llamada Gestión del Riesgo de Desastres, por ejemplo tras el terremoto de Tierradentro (6 de Junio de 1994). Esa experiencia está narrada en el libro “En el borde del caos”, publicado por la Casa Pensar de la Universidad Javeriana en el año 2000. El libro no se encuentra en la web, pero un fragmento de los Principios Orientadores de la Corporación Nasa Kiwe, creada para acompañar a las comunidades y a los ecosistemas afectados por el desastre que ese terremoto desencadenó.
A medida que vayan leyendo el artículo del médico Payán, irán descubriendo qué es aplicable y qué no para el caso de esos seres vivos que son los territorios de los cuales forman parte la red hidrológica y sus humedales.
Tenemos que comenzar a ver la salud no
como un estado, sino como un proceso para verla en su significado de movimiento
y cambio. En el ser humano son billones de células, cada una con miles de
millones de moléculas enzimáticas a miles de reacciones por segundo, en un
sistema termodinámicamente abierto, esto es que intercambia materia, energía e
información con su medio ambiente, con memoria genética e historia social,
cultural y humana. Así que no puede ser la visión estática de estado, sino la
dinámica de un proceso alejado del equilibrio, complejo y caótico determinista,
con procesos adaptativos de auto-eco-organización.
En el proceso vital alejado del
equilibrio (un sistema en equilibrio no acepta ningún otro estado, fuera del
propio, y no está en condiciones de generar trabajo), se presentan paradojas
cuántico - gravitacionales, planteadas ya desde el antiguo Taoísmo, con
contradicciones entre sus diferentes gradientes de información y energía, así
que el proceso es dialéctico y biológico ya que es cuántico gravitacional,
termodinámicamente abierto y teleológico. El proceso es también social ya que
hay que reconocer en el ser no sólo al individuo aislado, sino como un ente que
forma, transforma y es transformado por el medio social. Así que, de ser una individualidad
pasa a ser una singularidad en lo biológico y social con una normalidad y orden
propio que no tiene por qué adaptarse a normatividades masificadoras
estadísticas, así que tenemos que aceptar sus procesos de auto-eco-organización.
Los valores de tensión arterial del
negro, son más altos que los de los blancos, el indio funciona con niveles de
hemoglobina menos concentrados que las otras razas, en las zonas de paludismo
el gen de la anemia falciforme puede defender a la población del plasmodio, el
testículo inflamado produce sustancias que ayudan, en algunas ocasiones, al
corazón para su mejor funcionamiento, para poner algunos ejemplos de
comportamientos especiales, sin olvidarnos de la ley de los 5 elementos de la
acupuntura que nos presenta muy bien las relaciones de los diferentes órganos
entre sí mismos y con el universo.
Pero también, ya lo expresaba antes, es
una singularidad social que lo hace interdependiente con todo su medio, algo
que está de acuerdo con su característica de ser termodinámicamente abierto.
Todo esto le permite hacer parte activa de la vida y comportarse como una
emergencia de ella.
Por las experiencias de Clanser y Aspect
y por los condensados de Bose Einstein, sabemos que en la naturaleza se da una
verdadera danza cósmica de fotones y electrones que son componentes primarios
de todo nuestro ser, así que la relación de la singularidad
interdependiente se expande a todo el cosmos, siempre teniendo como referencias
su medio económico, social, político e históricos. Es así como entendemos lo
holístico.
Finalmente, ese proceso vital que es la
salud surge como una resultante de los sucesos nombrados, y se expresa como la
sensación de bienestar en la vida que al ser singular e interdependiente no
permite que se la reduzca a normas o modelos prefijados.
Los valores "normales" y
"normativizadores" que desde la tecnología, o la biología, sustentan
el modelo de salud ortodoxo, se pueden tener como referencias o aproximaciones
pero solo como una parte del proceso dialéctico que es la salud, y solo
servirán si se evalúan dentro de todo el amplio referente que es el ser humano
holístico.
Así que planteamos como propuesta a
discutir, la siguiente aproximación a una definición de salud: "Salud es
un proceso dialéctico, biológico, social, singular e interdependiente, dado por
las relaciones del ser vital con el cosmos, en un proceso de adaptación en una
sociedad con sus relaciones culturales, políticas, económicas, de producción,
vitales e históricas propias, que finalmente aparece como una sensación de
bienestar en la vida, no definido únicamente por normas o modelos prefijados,
masivos o estadísticos".
La enfermedad, desde este punto de vista,
no es lo contrario a la salud, sino que hace parte del devenir vital y se la
considera como un proceso autoorganizativo agresivo en un ser humano dado
(enfermo), al que no es que le dé una enfermedad, sino que él la hace como
parte de su recorrido vital y teleológico.
Por eso, el abordaje del ENFERMO, no de la enfermedad, desde la Terapia Neural, consiste en colocarle impulsos al organismo para que él busque su camino de auto-eco-organización según su devenir, sus posibilidades y sus relaciones sociales y cósmicas. [Nota GWCh: En el caso que nos ocupa, el “enfermo” es el territorio en el cual confluyen de manera muy contradictoria las dinámicas naturales (y muchas veces las comunitarias) con las dinámicas del “desarrollo”]
En la teoría del caos se puede hablar del
caos determinista, en la biocibernética de la caja negra, en la vida diaria
prefiero hablar del misterio de la vida y del milagro de la sanación.
Al final uno podría sintetizar la salud
como el proceso vital por medio del cual uno se acepta a sí mismo.
[Con Julio César Payán elaboramos en FUNCOP -Fundación para la Comunicación Popular- este video en 1990: "Salud: una visión alternativa"]
¿Cuáles son los “impulsos” con que desde la institucionalidad como conjunto (y no solo desde la SDA) es posible apoyar la capacidad de auto-eco-organización de cada humedal y de la red que conforman en el Distrito Capital? ¿Cuál es la aguja que cada actor tiene a su disposición para aplicar esos “impulsos”?
Encontrar la respuesta a esa pregunta es una de las primeras tareas que deben asumir quienes interactúan alrededor de los humedales de Bogotá.
El desafío de generar EFECTOS SINÉRGICOS
La sinergia es entendida como: procesos de
estructuración, emergencia, auto-organización, procesos no-lineales, sistemas
dinámicos, etc. Es fecunda en muchos campos científicos pero, a su vez, en
muchos campos no científicos. Aún no hay consenso sobre el estado de la
sinergia y su papel en el sistema del conocimiento científico. Para el caso de
la sinergia que ocurre en impactos ambientales, existen algunas definiciones
variadas según los autores, que pueden ser resumidas por un reforzamiento entre
impactos, agentes o efectos que lleva a un resultado, manifestación o efecto
mayor que al ser aislados […] en términos de magnitud, intensidad, severidad o
complejidad.
Más adelante vincula el concepto a la Teoría del
Caos:
Dentro del contexto que describe el comportamiento
de los sistemas y su estabilidad, la Teoría del Caos (Lorenz,
1963) permite argumentar el origen del comportamiento caótico. Esta teoría
explica que los fenómenos pueden ser extremadamente complejos pero
deterministas en su mayor parte, y pueden exhibir un comportamiento caótico
cuando la variabilidad se acumula exponencialmente, impidiendo la predicción
(Nijkamp y Reggiani, 1995). En un sistema el estado inicial ejerce una
influencia importante en la acumulación de la variabilidad y en el comportamiento
caótico resultante, definiendo una sensibilidad a las condiciones
iniciales (Eckmann y Ruelle, 1985).
Con respecto a ese mismo tema, el autor Óscar Salazar Duque de la Multidiversidad Mundo Real de México, en un artículo titulado “Mirada de la gestión moderna desde la teoría del caos y la transdisciplina” (Publicado en la revista Universidad y Empresa de la Universidad del Rosario vol. 19, no. 33, 2017), escribe los siguientes párrafos que me parecen pertinentes frente a los desafíos que nos ocupan:
Ahora bien, como las
organizaciones son integradas y gestionadas por personas y la esperada sinergia
de los procesos actuantes como componentes de un sistema se ven afectados por
las deformidades de la excesiva jerarquización, por la compartimentación que
generan las barreras culturales, disciplinares y de comunicación que llevan a
la ‘babelización’ y hasta, en muchos casos, al aislamiento de los
integrantes de las organizaciones, es justo allí donde se hace necesario
gestionar con una concepción transdisciplinaria que permita la transversalidad
de la comunicación y la construcción, y el fortalecimiento del nexo emocional
necesario entre las personas y los fundamentos de la visión, misión y demás
componentes del portafolio estratégico de las organizaciones" (Resatado de GWCh) […]
La
especialización (según Edgar Morin) fragmenta los problemas, de manera que los responsables
de un compartimento no se sienten responsables del conjunto, no se da un
diálogo productivo entre los saberes y muchas dependencias se comportan como
islas. La lentitud en el flujo de información en las organizaciones
burocratizadas es tan nefasta que las decisiones saludables (innovaciones) que
deberían provocar se ven, a su vez, retrasadas. Por lo tanto, la sinergia entre
los diferentes procesos no se da y el enfoque sistémico queda solamente como un
enunciado de un deber ser, y, por supuesto, distanciado de la realidad inducida
por la parálisis paradigmática de un modelo de gestión que no puede responder a
la dinámica impuesta por la volatilidad de los cambios presentes y a la
incertidumbre de nuestra realidad cotidiana.
Personalmente
defino la sinergia, en términos seguramente menos científicos pero no
equivocados, como alimentar varios pájaros con la misma guayaba. Como
la responsabilidad que tenemos de garantizar en lo posible, que toda
decisión/acción que se lleve a cabo en la compleja red de humedales de Bogotá,
contribuya a generar respuestas creativas a los desafíos que deben enfrentar
quienes tienen en sus manos la gestión integral del territorio y no solamente
de su dimensión ecológica.
Esta gráfica ejemplifica la manera cómo se espera que un estímulo
aplicado en un nodo o en alguno de los meridianos de la red, genere
efectos sinérgicos en todo el sistema.
Fernando
González,
médico y anestesiólogo de la Universidad Nacional de Colombia, con posgrado en
Acupuntura, moxibustión y anestesia acupuntural en el Instituto de Medicina
Tradicional China de Beijing, explica
en su libro en preparación titulado “La Acupuntura: medicina del amor y la
esperanza”, que según la medicina tradicional china, en cuyo enfoque nos
basamos para proponer esta estrategia de Acupuntura del Territorio
la salud es la armonía en la cantidad y calidad de
la energía, que llamamos QI (se pronuncia chi) compuesta de dos
factores: Yin y Yang, y su fluir adecuado por los canales o meridianos de
acupuntura y por todos los órganos y partes del cuerpo para garantizar las
funciones tanto físicas como mentales del ser humano. La ruptura de esa
armonía, producida por múltiples factores internos o externos produce síntomas
o enfermedades. […]
En una notas que compartí con el equipo de la Misión de Humedales el 30 de Marzo, mencioné el siguiente ejemplo de una posible decisión generadora de efectos sinérgicos:
Volviendo al tema de los principios,
vuelvo sobre las sinergias que debe desatar cada decisión/acción: por ejemplo
si la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá EAAB le paga varios miles
de millones de pesos anuales a la empresa Aguas de Bogotá para que le hagan
mantenimiento a los humedales, ¿por qué no decidir, entonces, que una parte
importante de ese trabajo lo lleven a cabo jóvenes de las comunidades vecinas a
cada humedal? Esos jóvenes, hombres y mujeres, recibirían la formación profesional necesaria para desempeñar
esas labores, y además de tener unos ingresos económicos, podrían construir sus
planes de vida como gestores socio-ambientales, figura en la cual ya tiene
mucha experiencia la Secretaría de Ambiente de Bogotá SDA.
Esa capacitación para el trabajo les aportaría las bases para seguirse formando en una profesión de alta demanda, con perfil y capacidad para contribuir efectivamente a la generación de respuestas frente a la crisis global.
Me tomo la libertad de insistir en este enfoque, por cuanto toda la estrategia que se diseñó y que aplicó la Corporación Nasa Kiwe para el acompañamiento a las comunidades y a los ecosistemas afectados por el Terremoto del Páez (6 de Junio de 1994) se concibió desde la Teoría del Caos. Esa experiencia está descrita en detalle en el libro “En el borde del caos”.
Apuestas por la Resonancia
La resonancia es el fenómeno físico que
hace que, por ejemplo, cuando vibra una cuerda de una guitarra con una
determinada frecuencia (o periodo natural de vibración), sin que exista
contacto físico entre ellas, hace vibrar las cuerdas de otros instrumentos que
se encuentren afinadas en la misma frecuencia.
Para los efectos que nos interesan,
podemos definir la resonancia como contagio por vibración.
Si las instituciones distritales logran vibrar
a una misma frecuencia, que en este caso es una visión compartida del
territorio y de la función que cumple la red hidrológica en el mismo (lo que
hemos denominado tocar la misma partitura), muy probablemente van a resonar
con mayor facilidad con las comunidades y sus organizaciones vinculadas a la
gestión de humedales, la cuales a su vez tienen el reto de sintonizarse en una
frecuencia común.
Para que esto sea posible y para evitar
que esa resonancia se convierta en un fenómeno destructivo, es necesario
recuperar (si se han perdido) y fortalecer (si todavía existen) los controles socio-ecosistémicos
(fundamentalmente la llamada retroalimentación negativa) de los cuales
depende la estabilidad dinámica del territorio correspondiente.
Ese contagio por vibración se
encuentra en la base del llamado Comportamiento Emergente, que
fundamentalmente consiste en que una serie de individuos (células,
neuronas, aves, peces, hormigas, personas, experiencias sociales, etc.) logren acoplarse
a partir de unas reglas simples que comparten, para dar el salto
cualitativo hacia un comportamiento de alta complejidad.
En el tema de los humedales y de su gestión, se trata de lograr, por ejemplo, que estrategias exitosas que se lleven a cabo en algún o en algunos humedales, con el apoyo y la decisión política de la Administración Distrital puedan dar el salto a convertirse en políticas públicas, aplicables a cada humedal de acuerdo con sus particularidades. De alguna manera esto ya está contemplado en la Política Distrital de Humedales, la cual es un buen ejemplo de lo que es posible lograr a través de un proceso participativo.
Estrategia propuesta para superar las barreras identificadas en la siguienten gráfica, tales como
- Inexistencia de unidad conceptual en las instituciones responsables de la
gestión territorial
- Desconfianza mutua entre las organizaciones sociales y la institucionalidad
Como lo indica esta gráfica elaborada según el enfoque de acupuntura del territorio que vengo proponiendo desde un principio, nos encontramos ante un sistema dinámico de barreras interdependientes, en virtud del cual se espera que la intervención acertada sobre las causas que generan cualquiera de esas barreras, genere efectos sinérgicos frente a las demás que impiden una efectiva gobernanza participativa de los humedales del Distrito.
Espacios e instrumentos de participación
Como se indicó al
principio de este documento, el objetivo de esta propuesta no es inventarse
cosas nuevas sino formular
propuestas que permitan articular y aprovechar mejor lo que ya hay.
Tanto por el
proceso de participación efectiva y de concertación del cual surgió, como por
el hecho de que desde 2007 fue adoptada mediante Decreto 624 de la Alcaldía
Mayor de Bogotá, y por la manera como las organizaciones comunitarias y hoy
muchas de las personas que forman parte de la Administración Distrital se han
apropiado y se sienten identificadas con ella, la recomendación es fortalecer
la Política de Humedales del Distrito Capital[16],
fortaleciéndola en aquellos puntos en los cuales los distintos actores y
sectores estén de acuerdo en que resulta necesario hacerle una actualización…
sin olvidar que en este momento un actor decisorio es el clima, entendido como
el conjunto de procesos hidrometeorológicos que en esta “Era” están impactando
a los territorios y, para el caso que nos convoca, a Bogotá y a la amplia
región de la cual depende nuestra seguridad hidro-climática.
La Política
Distrital de Humedales de Bogotá, ”como instancia asesora de carácter multiactoral y multisectorial que recoge, articula y acompaña las propuestas y
planteamientos de los diferentes actores y redes sociales asociados con los
humedales del Distrito Capital, con el propósito de aportar en los procesos
públicos de decisión respecto a la gestión ambiental”, establece lo siguiente:
Instancias locales de
gestión ambiental: en el ámbito local, la implementación de la
presente Política articulará y promoverá el fortalecimiento de las instancias
participativas de gestión
ambiental local, (Sistemas Ambientales Locales o Mesas Ambientales Locales), teniendo en cuenta que
en ellas confluyen diferentes actores y organizaciones formales y no formales.
Estas instancias diversas se han constituido en epicentro de acciones
ambientales que, desde lo local, ha incidido en la gestión del territorio de la
ciudad y la región.
Acciones en Red: como fortaleza característica del Distrito Capital en la última década, en materia de la gestión ambiental en humedales, se encuentra la actuación en Redes Sociales, formales y no formales, a través de las cuales se desarrollan procesos de comunicación y actuación coordinada entre diferentes actores sociales e institucionales –de carácter público y privado-. El reconocimiento y fortalecimiento de este instrumento se convertirá en una de las rutas para viabilizar la participación pública concertada, convocando organizaciones como Juntas de Acción Comunal, diversos grupos locales de edad y de interés, organizaciones no gubernamentales, cabildos verdes, asociaciones de usuarios de servicios públicos, entre otras de carácter local, distrital y regional. Así, se buscará consolidar la gestión integral en el contexto territorial de la ciudad y la región, y en consecuencia, la ejecución de los programas, proyectos y acciones de la Política.
Los Proyectos
Ambientales Escolares (PRAES) y los Proyectos Ciudadanos de Educación Ambiental (PROCEDAS), son instrumentos pedagógicos que permiten
articular diferentes ámbitos y actores de la gestión ambiental en los humedales,
para lo cual su carácter formal posibilita la canalización de diferentes
recursos de gestión.´
Consecuentes con la convicción de que “se aprende a participar participando”, como principio rector se debe garantizar que cada espacio de participación cumpla la función -valga la redundancia- de escuela de participación, en la cual quienes interactúan, se formen en la práctica misma, en las artes sutiles de la dialéctica de la concertación entre actores humanos y de estos con los no humanos del territorio (de los cuales el Agua es un actor principal); de los diálogos de saberes y los diálogos de ignorancias; de la transformación de conflictos; de la valoración activa de la diversidad. Como se indica más adelante con respecto a las chacras amazónicas y los Nasa Tul de las comunidades Nasa, en espacios de aprendizaje y encuentro intergeneracional, en el cual las generaciones más jóvenes de la comunidad comiencen a formarse para asumir los desafíos actuales y los futuros que deban encarar.
Este último punto me permite volver sobre un evento sobre Educación Ambiental que tuvo lugar el pasado 26 de Abril al cual me invitó la Secretaría Distrital de Educación, en el cual dialogué con integrantes de la Misión de Educadores ySabiduría Ciudadana.
Dos de las oportunidades que de manera informal comenté en esa reunión, son la de impulsar el Servicio Socio-Ambiental de Jóvenes de la Bogotá urbana y rural, y el fortalecimiento y ampliación de las Aulas Ambientales con que cuenta el Distrito, las cuales de una u otra manera tienen relación con los humedales.
Esto nos conduce a otras estrategias para vincular más fuertemente a las comunidades a la gestión de los humedales, como son:
Esto incluye desde las instituciones que trabajan en el nivel preescolar, hasta las de nivel universitario (pregrados y posgrados).
El mensaje a
la infancia y adolescencia no puede seguir siendo: “Bienvenidos pero han
llegado a un barco a punto de naufragar”.
La
esperanza se construye transformando la realidad.
Participar
NO ES TENER una parte sino SER expresiones activas de los procesos de
transformación.
Niños,
niñas y adolescentes deben reclamar su derecho a participar en decisiones del
presente y del futuro que van a lidera.
Participar
significa ser expresiones activas de esa transformación.
Alguien
dirá: ¿Cómo? ¿Con qué?
Pues con su
condición de vida que comienza y que está dispuesta a vivir bien.
Ver el texto completo en Esporas de Esporanza
Para este y los demás efectos se puede explorar la posibilidad de adelantar una estrategia similar a la llamada “Adoptemos la cañada de nuestro barrio”, que se desarrolló en Armenia tras el terremoto de 1999 a instancias de la Corporación Autónoma Regional del Quindío CRQ y de organizaciones que apoyaban el proceso de reconstrucción.
De mi participación en ese proceso surgió el texto "Manual para enamorar a las cañadas", del cual aquí hay un fragmento.
Todas estas posibilidades se deberán discutir con las Mesas Territoriales correspondientes a cada humedal, de manera que si la comunidad se apropia de alguna o algunas de ellas, el papel de la institucionalidad será prestar su apoyo para que el proceso siga adelante.
Una vez que el proceso germine por lo menos en un humedal, se promoverá el mismo a través de distintos medios -que incluyen a la Mesa de Humedales y a otras instancias de participación- en busca de que organizaciones vinculadas a los demás humedales se interesen en adelantar procesos similares diseñados para las características particulares de cada humedal.
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